¿Por qué dicen que alguien ha rehecho su vida por el simple hecho de encontrar pareja después de una ruptura sentimental?
¿Es que si no tienes pareja y eliges estar a tus anchas disfrutando la soltería, tu vida está deshecha, o incompleta? Naturalmente, vivimos en una sociedad cuadriculada, que no contempla la posibilidad de ser feliz sin pareja.
Antiguamente, y probablemente ahora en susurros, se llama a una persona que no tiene pareja o no está casada, solterón o solterona.
En un hombre, al menos según la sociedad, la soltería denota libertad. En cambio, en una mujer parece que la soltería implica que la pobre está como incompleta.
A las que vivimos sin pareja, me da la sensación de que nos miran con tristeza. Y eso que las personas que se compadecen de nosotras a veces son las que, mira tú por donde, tienen una relación de pareja que es un suplicio. Pero claro, al mismo tiempo son las que más nos molestan con los comentarios negativos sobre nuestra soltería.
Detesto los titulares en las revistas de farándula acerca de los “famosos” (que dicho sea de paso, no me interesan en absoluto), tipo “Antoñita parece que ha rehecho su vida con fulano de tal,” como si se hubiera llevado un premio.
Pues mira, igual no es tan malo estar soltera. Pero las revistas celebran las nuevas relaciones (aunque duren poco), como si fuera una carrera esto de encontrar pareja después de un divorcio, y la verdad es que no lo es.
Señores, las mujeres sin pareja después de un divorcio no somos deshechos humanos, ni todas estamos solas por no tener otro remedio.
Yo llevo sola desde que me separé hace 8 años. Los primeros dos años fueron de duelo, ya que después de una relación de nada menos que 17 años, cuesta hacerse a la idea de vivir sola. Cuesta un poco, pero no es imposible y aquí estoy yo para demostrarlo.
Durante los cinco años siguientes, salí con algún hombre aquí y allá, pero ninguna de estas relaciones ha resultado en una relación sentimental. Hemos quedado como amigos y todos tan contentos.
Lo cierto es que ahora soy feliz sola aunque no descarto la posibilidad de una relación amorosa. Al fin y al cabo las personas necesitamos calor humano. Pero es muy distinto querer compartir actividades con nuevos amigos a pensar que si encuentro pareja esa persona me va a salvar la vida.
De hecho, después de mi divorcio a los 50 años, me salvé la vida yo solita. Es más, rehice mi vida sin la necesidad de compañero.
Encontré un trabajo que me satisfacía y que me satisface aún, me compré un coche por primera vez en mi vida, encontré un apartamento muy bonito para vivir y así fue como después de rehacer mi vida sola pude empezar a contemplar la idea de conocer a alguien nuevo.
No tengo mucho tiempo para “rehacer” mi vida según lo ve la gente. De hecho me da pereza buscar a alguien porque si ahora no tengo casi tiempo libre, con una pareja, tendría menos aún. Eso sí, tengo una vida rehecha por mi misma, que me hace feliz.
Si conozco a alguien con quien compartir el resto de mis días en algún momento por esas casualidades de la vida, pues será bienvenido. Eso si, con una condición. Tiene que tener su vida rehecha él solito, porque yo no se la voy a rehacer. ¡Faltaría más!