“Curioso destino que aún me separa de mi tierra adorada que no veo desde niña. No puedo olvidar que eres parte de mí, te quiero ver feliz. “
Gloria Estefan es, para mí, que les escribo desde la perspectiva del sur del continente, el símbolo del inmigrante latino que triunfa en Estados Unidos, que en su ser cubano tiene, además, una nostalgia por unas raíces inexplorables.
Nacida Gloria María Milagrosa Fajardo García, una de las cubanas más famosas del mundo nos ha convencido de ese sentimiento. Pero en ella está, sobre todo, el espíritu latino alegre, cuando nos cuenta, por ejemplo, que su cuerpo pide salsa.
Ritmo, melancolía… y romance. Decir Gloria es decir Emilio. Se casaron cuando ella tenía 21 años y desde entonces se mantienen juntos. 36 años de matrimonio, dos hijos y una sociedad musical exitosa.
Entrevistada por Univision, la cantante dijo que no hay secreto para una vida en pareja tan prolongada, pero admite que estaban muy enamorados cuando se casaron, que juntos pasaron pobreza y que se equilibran y admiran el uno al otro. Ella y Emilio confirman la ley de que los opuestos se atraen: “Yo creo que si fuéramos como él, hubiéramos muerto de un ataque al corazón; si fuéramos como yo estaríamos sentados en el sofá todavía, tocando guitarra en la casa. Ese balance ha sido importantísimo”.
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En marzo de 1990, en pleno auge profesional, un accidente de tránsito casi le cuesta la vida. Dos vértebras de su columna se separaron y se fracturaron. Como consecuencia de este terrible suceso, la cantante tiene piezas de titanio en la columna.
Pasó dos años recibiendo terapia física intensiva después del accidente. Le dijeron que no iba a poder tener más hijos, caminar ni bailar. Gloria cuenta que su padre, tras participar en la Guerra de Vietnam, había quedado paralítico, por lo que fue su inspiración para sobreponerse: no quería repetir la historia. Su milagrosa recuperación no solo le permitió volver a andar, sino que en 1994, catorce años años después de ser madre por primera vez, nació su segunda hija, a quien Gloria considera un regalo de Dios.La fabulosa cantante además desarrolla una labor filantrópica, a través de la Fundación Gloria Estefan, ayudando a programas de salud para los más necesitados.
Díganme si me equivoco, pero una de las cosas que me encanta de Gloria es que nos trasmite proximidad. Es la reina de la conga, pero no aparece subida a un pedestal de mujer intocable, inalcanzable. Con una carrera exitosa, sí, pero también con los pies en la tierra, una familia unida, alejada de los escándalos.
Sus pegadizos temas entonados en una voz amable pero poderosa, le han hecho ganar incontables premios y batir récords de ventas. Un éxito que hoy, a sus 57 años, Gloria sabe disfrutar, pero que seguramente no se imaginaba aquella niña arrancada de su tierra.
Dijo en 1998 a la Televisión Española: “Gracias a mi madre yo nunca pasé hambre, porque siendo ella adulta pasó mucha hambre para evitármela a mí. Pero yo creo que todas esas cosas lo hacen a uno más fuerte. Me hacen apreciar lo que tengo y saber qué cosas tienen valor realmente en la vida. Y yo considero que toda experiencia en la vida es un aprendizaje. Y que solo podemos mejorar y ser personas más profundas a raíz de todas estas cosas, así que nunca me he puesto triste o me ha deprimido eso, simplemente trato de buscar la forma de sacarle un aprendizaje”.