Sí, la vida te da sorpresas TODO el tiempo. Si pensabas que cumplir más de 50 te liberaba de hacer cosas nuevas, estás muy equivocada. Nunca es demasiado tarde para probar y experimentar, ya sea porque lo decidiste voluntariamente o porque la vida te pone delante retos que tienes que superar sí o sí.
Y si no, mira estos puntos a continuación de cosas que personas de más de 50 hicieron por primera vez (entre ellas yo, aunque aún no haya pisado la frontera etaria) sin haber imaginado previamente que lo harían alguna vez… ¡Y menos a esas alturas de la vida!Casarte después de los 50
Pues sí, el amor no sabe de números ni de historias, así que Cupido no le hace ascos a flechar corazones de todos los tamaños y edades. Hay muchas personas que encuentran el amor o rehacen su vida cuando la quinta década está en su esplendor. ¡Y se casan con toda la fanfarria, la misma ilusión y una felicidad incontrolable! Yo me casé por segunda vez ya pasados los 45 y ¡lloré de emoción como una quinceañera! ¿Te animas? ¡No te prives si tienes ganas!
Tener un bebé después de los 50
La cuñada de una amiga mía se casó con un hombre menor que ella y decidieron formar una familia. Así que dio a luz a ¡sus gemelos! Fue mamá a los 51. Siempre contestaba a la incredulidad y curiosidad de los demás con una gran sonrisa orgullosa: “Sí, lo hice”.
Aprender un nuevo oficio
Mira, yo soy escritora y lingüista, pero la vida me ha puesto en el camino nuevas opciones. Por eso estoy construyendo con mi esposo un resort de vacaciones.
Volver a estudiar
No importa si no lo hiciste antes o quieres volver a hacerlo. Estudiar es siempre una posibilidad de enriquecimiento para tu mente y tu espíritu. Tengo una prima que, después de años de docencia, está terminando su carrera de abogacía. ¡Le encanta! ¡Y va por más!
Practicar un nuevo deporte
Nunca sabes con lo que puedes hasta que lo pruebas. No hace falta que hayas sido una súper deportista, puedes iniciarte en un deporte tranquilo o de alto riesgo, si tu salud lo permite, porque eso es algo que te beneficiará tanto en espíritu como en físico. Desde yoga hasta paracaidismo, ¿quién dice que no puedes? ¡Diviértete!
Mudarte a otro país
De nuevo yo, sí. Ya me había mudado de país y continente cuando tenía 26 años. Ahora lo hice de nuevo. No de continente, pero sí de país. La capacidad de adaptación de una persona es infinita. No hagas caso de los que dicen que agarramos mañas y nos gusta nuestra rutina cuando alcanzamos una cierta edad. Cambiar de entorno, de cultura y de sabores es tan enriquecedor como una inyección de súper vitaminas. Volver a comenzar rejuvenece, hazme caso.
Entonces, la aventura de hacer esas cosas que no preveías que ibas a hacer en tu madurez es lo mejor que te puede ocurrir. Deja las puertas abiertas a las oportunidades, no te cierres y, por Dios, ¡disfruta del viaje!
Ahora, dime… ¿Qué es eso que nunca pensaste que ibas a hacer y que, de hecho, estás haciendo aunque ni te lo creas? ¡Cuéntame!