Los 50 encuentran a algunas mujeres criando hijos adolescentes y a otras experimentando una segunda etapa distinta pero tanto o más gratificante: la de ser abuelas.
¿Pero cómo ser una buena abuela para los nietos y mantener equilibrada la relación con los hijos? Aquí te compartimos algunos tips.
Reconocer el nuevo rol: ser abuela, y darse cuenta de que ese es el lugar a ocupar y no el de reemplazar a los padres, es una nueva experiencia.
Claro que quizá recuperes sensaciones de la maternidad, pero recuerda que los padres son los padres, y los abuelos, los abuelos. En verdad, esto es estupendo, porque te permite ser más cómplice de los pequeños, jugar con ellos y llevarlos de paseo, sin tantas preocupaciones ni tener que estar atenta como si dependieran solo de ti.Aconsejar sin imponerse: tus hijos viven la crianza de los niños con una visión de mundo única y diferente, y están transitando su propio camino aprendiendo a cada paso. Tus consejos y experiencia son valiosos y es bueno que los compartas con ellos. Pero recuerda que ni ellos ni tú lo saben todo, pues cada situación es única. Acompaña, sugiere, pero sin esperar que hagan todo a tu modo.
Acordar con los padres: hablar antes de actuar puede salvarte de discusiones innecesarias. Por ejemplo, ¿quieres regalarte a tu nieto un juguete voluminoso o ruidoso? Pregunta antes de que el niño se encariñe con algo que los padres no sabrán dónde meter o que será más un dolor de cabeza que una bendición.
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Hablar con los nietos: jueguen, charlen, conozcanse. Si los ves con regularidad, ambos podrán conocerse mejor, sabrás cuál de tus comidas es la que más les gusta y qué paseo adoran.
Y si los nietos están lejos, mantén contacto mediante teléfono, cartas o correo electrónico, aprovecha para contarles historias, así ellos crecerán con una imagen de abuelos afectuosos y presentes aunque la distancia los separe.Contarles historias: los años crean experiencias, más grandes, más pequeñas, a cada uno lo que le toca. Pero ellos apenas se están asomando al mundo y su capacidad de sorpresa es mayor que la de los adultos. Aprovecha para leerles libros de cuentos, pero también para narrarles historias familiares o de cómo eran las cosas cuando tú eras como ellos… les sorprenderá saber lo que ha cambiado el mundo.
Estar presente: si viven cerca, no te pierdas su primer día de clases, su cumpleaños, cuando participen en algún evento deportivo o hagan un acto en la escuela. Quizás trabajes y no puedas estar en todo, pero cuando puedas, asiste y acompáñalos, será un grato recuerdo para cuando sean grandes.
Apoya sus intereses: quizás tus nietos se inclinen por el deporte, la música, el arte o la literatura. Cuando ya tengan cierta edad, sabrás qué área les divierte más y así organizar programas en ese sentido, como visitas a museos, conciertos de piano, ir de compras a una librería o acompañarlos a sus prácticas deportivas. Es buena idea también decidir esto con los padres, para que todos estén de acuerdo en el camino a seguir.