Pese a nuestras mejores intenciones, siempre habrá días en que, por mucho que te digas que es estupendo tener cincuenta y tantos años o más, te sentirás vieja y cansada. O bien pensarás que lo mejor de tu vida es un mero recuerdo. Para esos momentos de crisis, lo que hace falta es que alguien te sacuda por los hombros y te rescate del pozo negro del pesimismo.
A continuación te damos tips para afrontar estos momentos que todas pasamos a cualquier edad.- Llama a tu mejor amiga y cuéntale lo que te pasa. Descuida, que si haces esto, le darás la confianza necesaria para que ella pueda llamarte a ti cuando se encuentre mal y tú podrás animarla.
- Dúchate, maquíllate y ponte un vestido elegante aunque no vayas a salir.
- Recuerda que tú puedes cambiar tu percepción de las cosas.
- Si eliges sonreír y verte con buenos ojos, esa será la imagen que te devuelva el espejo.
- Los pensamientos pesimistas bajan tu nivel de energía. Procura acostumbrarte a adoptar una actitud optimista. Esto implica practicarlo a diario, ¡muchas veces!
- Haz algo, por pequeño que sea el gesto, por cambiar tu situación. Si buscas pareja, apúntate a un club para solteros, si quieres adelgazar, sal a dar un largo paseo o tira la basura el donut que te tienta desde la despensa.
- No temas flirtear. A veces es como un elixir de vida. ¡Regálate un ramo de flores!
- Despierta tus sentidos. El recibir un masaje, oler ciertos aromas, o ver una película cómica harán que segregues endorfinas y te sientas mejor.
- No tomes decisiones importantes cuando tengas un día de crisis: no elijas ese día para separarte de tu esposo, o para dejar tu trabajo, ¡ni siquiera te cortes ni te tiñas el pelo!
- Evita compararte con jovencitas de veinte años. ¡Terminantemente prohibido!
- Lee algo libro que te inspire, ya sea la Biblia, el Corán un libro de poesía o un comic.
- Medita. ¿Qué no sabes hacerlo? Haz un curso presencial, o lee un libro sobre técnicas de meditación. Y sobre todo, practica todos los días, aunque sólo sea durante cinco minutos.
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- Piensa que hoy es el futuro que tanto te preocupaba ayer, y que si Dios quiere (o Alá o el Poder Superior en el que creas) todavía te queda otro tanto por delante.
- Juega con un niño. Si no tienes hijos, o son ya mayores, juega con tus sobrinos, los hijos de un amigo, o con tus nietos, si eres abuela joven. Intenta ver la vida desde su perspectiva.
- Piensa en alguien a quien puedas ayudar, y hazlo. Ayudar a los demás aumenta la autoestima y la satisfacción personal.
- Pide a tu pareja, si la tienes, que te dé un abrazo, o varios. Está comprobado científicamente que el contacto físico placentero incluso fortalece el sistema inmunitario.
- Haz una lista de todo lo positivo en tu vida. Da gracias por que lo tienes.
- Anota en un papel lo que te preocupa y piensa qué le sugerirías a una amiga que tuviera esa preocupación. Ponlo en práctica.
- Sal a pasear sin rumbo fijo. Muchos filósofos y escritores caminan como forma de meditación.
- Duerme una siesta. Descansar lo suficiente anima, y también refuerza las defensas físicas y psíquicas.
- Mira una película cómica. Una buena sesión de risas te hará recuperar el ánimo.
- Abandónate al momento, y piensa que mañana te sentirás mejor.