A punto de cumplir 52 años, al menos tres veces en semana salgo a correr. Es una actividad que practico desde los 12 años. Se puede comenzar a correr a cualquier edad, incluso después de los 50, siempre y cuando lo hagas gradualmente, después de que tu médico te diga que tu salud te lo permite.
Y, ¿por qué correr?
Es una actividad barata, no requiere de grandes preparaciones o ceremonias ni gastarse una barbaridad de dinero en el equipamiento. A pesar de que cada día salen nuevos zapatos especiales para mejorar tu rendimiento sobre el asfalto, o ropa deportiva de materiales que te mantienen seco, fresco, caliente, o lo que tú quieras, si no te lo puedes permitir, con un par de pantalones cortos, una camiseta, calcetines y unas zapatillas deportivas normales y corrientes, puedes empezar. Es más, si no lo haces así, posiblemente te abrume tanto equipamiento y postergues el momento de empezar a correr, porque pienses que tienes que hacerlo como un atleta de élite desde el principio.Otra ventaja de correr es que, salvando barrios peligrosos o cualquier parque a la medianoche, se puede hacer en casi cualquier parte y casi cualquier condición meteorológica. Puedes correr solo, en compañía, en grupo, con tu pareja o con tus hijos. En cada caso la experiencia será distinta. Es una manera estupenda de conocer nuevas ciudades o de redescubrir el lugar donde vives. No se ven igual las cosas a pie que en coche o en autobús.
Puedes incorporarlo fácilmente a tu vida ya que no es preciso correr siempre durante largos períodos de tiempo.
A veces 20 minutos durante la hora de comer es suficiente, y más saludable que tomarte un café o fumarte un cigarrillo para renovar tu nivel de energía.Lee también: Las mejores rutinas de ejercicio a partir de los 50 años
Correr engancha. Si eres capaz de sobrellevar la curva de adaptación a tu nueva actividad, llegará un momento en que no tendrás que obligarte a salir a correr. Te lo pedirá el cuerpo. El ejercicio físico segrega endorfinas y esto mejora tu estado de ánimo y hace que aumente tu autoestima.
Ayuda a combatir la obesidad. Si corres con regularidad, no sólo aumentará el ritmo de tu metabolismo, sino que además tendrás menos ganas de beber alcohol o de comer cosas que no resultan saludables. Hay quien teme engordar porque cree que correr le abrirá el apetito, pero es al contrario – el cuerpo que se ejercita habitualmente tiende a reconocer el hambre y la persona no come por aburrimiento, nervios o cualquier motivo que no tenga que ver con nutrirse.
Mejora la salud. Correr o cualquier ejercicio cardiovascular ayuda a regular la presión arterial, a combatir el colesterol, a tonificar los músculos y a dormir mejor. No está claro que prevenga ciertas enfermedades, como puede ser el cáncer o incluso enfermedades cardíacas, pero mientras vivas, te sentirás mejor. George Sheehan, uno de los pioneros de este deporte, empezó a correr a los 45 años, corrió muchos maratones y murió de cáncer a los 74 años. La fortaleza de espíritu que le confirió la práctica de correr le ayudó a sobrellevar su enfermedad hasta el día en que murió. James Fixx, autor de The Complete Book of Running y corredor asiduo, murió de un ataque al corazón a los 52 años (casi la edad que tengo yo) después de una carrera. Tenía arterioesclerosis y antecedentes coronarios en su familia, algo que debería haber tratado mediante una dieta adecuada.
El Dr. Kenneth Cooper, otro de los padres del ejercicio aeróbico y de correr como deporte, sigue manteniendo que correr es bueno para la salud. De modo que, como de algo hay que morir, que no sea de sedentarismo y malestar físico y psíquico. Más arriesgado es cruzar la calle a pie, viajar en coche, esquiar o conducir autos de carreras.
Correr es una manera de conocer personas afines. Ya seas soltero o te acabes de mudar a una ciudad donde no tienes amigos, apuntarte a un club de corredores te puede sacar de tu aislamiento. En lugar de conversar tomando copas, puedes hacerlo mientras mejoras tu capacidad pulmonar y te deshaces del estrés del día. Hablando de lo cual, correr ayuda a combatir el estrés. Cuando vuelves del trabajo cansado y con ganas de mandar a paseo a tu jefe o incluso a tu pareja, si te calzas las zapatillas y sales a correr un rato, volverás de mejor humor y con energía renovada.
Por tanto, la pregunta ¿por qué correr? la respondería con otra: ¿Por qué no correr? No tienes nada que perder, salvo algún vicio como fumar o beber, o incluso unos kilos de más, y en cambio sí mucho que ganar.